lunes, agosto 13

remar

Hay que remarla”, dicen algunos... pero saben qué actividad más contemplativa es remar?. Algunos días atrás estuve de visita por el Chaco y allí, la dicha de ser invitado a internarnos en un gajo del Paraná (llamado río Negro) sobre una pequeña canoa de pescador. Llegamos por un camino de tierra, siempre a la orilla del río, desde la ciudad de Resistencia a la casa de un lugareño. El tipo vive re tranquilo ahí al lado del agua y un poco alejado de todo. Una canoa de madera se hamacaba suave, 2 remos; 3 pasos, un saltito y a remar. Y a esto quería llegar, se trata de una actividad en la que hay que coordinar bien el cuerpo, las fuerzas, y controlar la ansiedad!. Es contemplativa, sí. Pero hay que lograr entrar en esa especie de trance, que no es difícil pues parece que todo estuviera dispuesto. El paisaje, el río, los ruidos desde la vegetación en la orilla, y el sonido del agua, que con el movimiento de los remos -si se hacen consonantemente- queda en ritmo perfecto para la situación. Remar es repetitivo, controlado, sutil pero muy contundente, es como meditar. Hay que estar presentes en cada respiración y en cómo traspasar la energía al agua por los pesados remos de madera, que son como extensiones de los brazos. Ojo que no es tan sencillo entrar en ritmo y dar con la dirección apropiada, como para dejarse llevar… hay que mantener un estado de fluidez conciente, y así lograr disfrutar del vínculo con el río y su canto!

Tiene mucho que ver el entorno, pero en cuanto puedan inténtenlo. Nosotros aquel soleado domingo de julio experimentamos algo bellísimo. Hicimos un camping en un isla "perdida" río arriba, y remamos de vuelta a casa. Por que todo va hacia el mar!