lunes, julio 17

mirando el Cielo


Vivir es estar presente, en el presente" Osho.

"Se ha creado un tabú al rededor de la lentitud, generalmente ser lento significa cosas defectuosas, negativas, tiene mala prensa casi en todo el mundo. Por eso creo que hay que ir hacia el cambio también del lenguaje, de reorientar el uso de las palabras y como rescatar la lentitud para bien, pues tiene un potencial enorme en este tiempo tan frenético. Y no creo que esto sea una cosa nostálgica, no se trata de volver al pasado, había mucha mala lentitud antes, estaba como impuesta por la circunstancia. Ahora nos podemos dar el lujo de elegir cuando queremos ir más lento, no voy a decir que la velocidad es mala, su exceso es terrible. Solo hay que encontrar un punto medio, alternar los ritmos. Pienso que no hay que imponer ninguna de las dos”.
Carl Honoré (2005)



Despacio, despacio... El movimiento Slow ha generado en sus ya casi 20 años de existencia, la posibilidad de crear nuevos espacios de convivencia urbana, se han rediseñado ciudades y puesto en marcha campañas que tienden a revalorizar los espacios verdes y la prioridad del caminante, dejando en segundo plano al automóvil, que es quizás una de las herramientas más comunes con las que sacamos nuestro ímpetu de velocidad a las calles, rutas, y esto tiene fatales consecuencias conocidas por todos. Sobre las ciudades lentas se puede tomar como referencia a Italia, donde ya re fundaron pueblos con esta visión, los cuales también se vuelven sustentables y más ecológicos. También en el resto de Europa se hallan casos de Cittaslow e inclusive en los Estados Unidos, allí donde las grandes urbes irradian el turbo capitalismo según Honoré, y es ahí donde se concentra el vértigo y la distorsión de los sentidos en sus habitantes.